
E.T el extraterrestre (1982) nos invita a descubrir la magia detrás de cámaras de esta icónica película. E.T. el Extraterrestre: La Magia Detrás de Cámaras es un tema apasionante para los amantes del cine.
¡Hola, cinéfilos nostálgicos! Hoy desempolvamos un clásico que sigue tocando nuestros corazones a más de 40 años de su estreno: «E.T., el Extraterrestre». Una película que no solo cautivó al mundo. También dejó una marca indeleble en la infancia de muchos, ¡incluida la de su joven protagonista!
La magia de «E.T.» va más allá de la pantalla, comenzando por la propia inspiración de su director, Steven Spielberg. Tras el divorcio de sus padres, Spielberg se sintió solo y creó un amigo imaginario para lidiar con la tristeza. Este compañero invisible se convirtió en la semilla de la historia del entrañable extraterrestre. Curiosamente, la idea inicial no era tan amigable; Spielberg estaba desarrollando un proyecto de terror llamado «Night Skies», sobre alienígenas hostiles. Sin embargo, finalmente decidió cambiar de rumbo para crear una película más familiar y positiva. La magia detrás de cámaras de E.T. el Extraterrestre: La Magia Detrás de Cámaras es parte de esta evolución.
Un rodaje que alimentó la ilusión
Uno de los detalles más conmovedores de la producción es la convicción de Drew Barrymore, quien interpretó a Gertie con tan solo siete años, de que E.T. era real. La experiencia en E.T. el Extraterrestre: La Magia Detrás de Cámaras revela que ella realmente lo amaba de una manera profunda. Sus compañeros de elenco lo confirman. Henry Thomas, quien hizo de su hermano Elliott, recuerda cómo Barrymore le pedía a la encargada de vestuario una bufanda para E.T. porque «iba a tener frío». La actriz Dee Wallace, que interpretó a la madre, contó que al ver a Drew hablando con E.T. durante un descanso, se lo comunicaron a Spielberg. El director, consciente de la situación familiar de Barrymore y queriendo crear un ambiente mágico para ella, se aseguró de que siempre hubiera dos personas manteniendo «vivo» a E.T. para que ella pudiera acercarse, hablarle y que reaccionara.
La autenticidad de las actuaciones infantiles fue fundamental. Spielberg filmó la película en orden cronológico, algo poco común. Esto fue para que los niños experimentaran la historia de forma progresiva y sus emociones evolucionaran de manera natural. Además, mantuvo a E.T. oculto de los jóvenes actores hasta el momento de filmar su primera aparición en pantalla. Así logró una reacción genuina de sorpresa y asombro. Incluso, la mayoría de los adultos en la película solo aparecen de la cintura para abajo durante la primera mitad. Esta decisión refuerza la perspectiva contada desde los ojos de un niño. Estos elementos hicieron de E.T. el Extraterrestre: La Magia Detrás de Cámaras un referente único.
El proceso de casting también es legendario. Henry Thomas consiguió el papel de Elliott tras una audición donde Spielberg le pidió que pensara en la pérdida de su perro para evocar emociones genuinas. Su profunda interpretación cautivó a Spielberg, quien lo fichó en el acto. Por su parte, Drew Barrymore impresionó al director. Le aseguró, falsamente, que dirigía una banda de punk rock, demostrando su increíble talento a tan corta edad.
La criatura y su legado
La creación del extraterrestre fue un desafío técnico. Carlo Rambaldi, el diseñador de efectos especiales, concibió el aspecto de E.T. basándose en la combinación de rostros como los de Albert Einstein y Carl Sandburg. Buscaba una mirada sabia y emotiva. Para sus movimientos, se utilizaron cables, palancas operadas por técnicos y, notablemente, varios enanos y un niño de 10 años sin piernas dentro del traje. La criatura final costó 1.5 millones de dólares. Incluso la icónica voz de E.T. fue una combinación de grabaciones de personas y animales. La contribución principal fue de la actriz de telenovelas Pat Welsh, cuya voz áspera y rasgada era resultado de fumar dos paquetes de tabaco al día.
El impacto de «E.T.» fue masivo. Estrenada el 11 de junio de 1982, se mantuvo en la cima de la taquilla durante seis semanas consecutivas. Recaudó 793 millones de dólares en todo el mundo. Ostentó el récord de la película más taquillera de todos los tiempos durante más de una década, superando a Star Wars. Este récord se mantuvo hasta que otra obra de Spielberg, Parque Jurásico, la superó en 1993. La película también es recordada por el auge de los Reese’s Pieces. Mars, Incorporated se negó a que los M&M’s aparecieran, permitiendo a Hershey Company la oportunidad de marketing, lo que aumentó sus ganancias en un 65%.
La crítica aclamó «E.T.» como un clásico, una historia atemporal de amistad. Fue nominada a nueve premios Óscar y ganó cuatro, incluyendo Mejor Banda Sonora Original para John Williams. En E.T. el Extraterrestre: La Magia Detrás de Cámaras, descubrimos cómo la banda sonora es tan magistral que Spielberg, en un acto impensable, modificó los últimos veinte minutos del montaje de la película para que coincidieran con la música que Williams ya había grabado. Así hizo un homenaje al poder de la partitura.
«E.T.» sigue siendo una de las películas más icónicas y veneradas de todos los tiempos. En 1994, fue incluida en el Registro Nacional de Películas de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Fue preservada por ser cultural, histórica y estéticamente significativa. A pesar de los intentos de secuelas que nunca se concretaron, y los cambios controvertidos en la versión del 20º aniversario (donde las armas fueron reemplazadas digitalmente por walkie-talkies, algo que incluso a Henry Thomas no le gustó), la versión original sigue siendo la preferida por su autenticidad y magia.
En definitiva, «E.T., el Extraterrestre» es mucho más que una película; es una experiencia que nos transporta a la inocencia de la infancia, a la maravilla de lo desconocido y a la fuerza de la amistad. Deja una huella imborrable en la historia del cine y en el corazón de generaciones. ¡Una verdadera obra maestra que sigue siendo mágica!, como demuestran los relatos sobre E.T. el Extraterrestre: La Magia Detrás de Cámaras.